De la tierra de egipto yo vengo, Desde allá me sacó mi señor; Mensajero enviado a mi pueblo, El mensaje de eterna salvación. Bendito el señor, bendito es su amor, Que tuvo de mí compasión; Enfermo me encontraba, Desamparado me hallaba Cuando vino mi bendito salvador. Ya mi vida se estaba terminando, En este mundo de tanto dolor; Aburrido e intranquilo me hallaba, Cuando vino mi bendito salvador. De la tierra del martirio vengo A pedirle perdón al señor; El pecado me tenía atado A este mundo de tanto dolor. Hoy vivimos felices y contentos, Con su sangre lavó mi corazón, Esperando que cuando él nos llame, Gozaremos con él en la mansión.