Cuando el mundo padece tiranías, Aparatos de odio y de mentira, Que los siervos de tu reino se mantengan Como ejemplos contrastantes de servicio. Si en el mundo los jefes se agigantan Manejando sus deseos de poder. Que tu pueblo sea fiel a tu mensaje, Pues conquistas lavando nuestros pies. Que se escuche tu voz y no la mía, Que los hermanos te adoren sólo a ti, Que yo mengue y tú crezcas cada día, Que se postren a tus pies y no hacia mí. Que se escuche tu voz y no la mía, Que los hermanos te adoren sólo a ti, Que yo mengue y tú crezcas cada día, Que se postren rendidos a tus pies. Que se atienda al que llora y al que sufre Y se busque al hermano en desamparo. Que busquemos tu rostro cada día Y seamos instrumentos en tus manos. Que tu palabra en mis manos siempre abunde Y abra caminos de paz en mis hermanos, Para aprender la humildad y mansedumbre De Jesús el pastor de los humanos. Que se escuche tu voz y no la mía, Que los hermanos te adoren sólo a ti, Que yo mengue y tú crezcas cada día, Que se postren a tus pies y no hacia mí. Que se escuche tu voz y no la mía, Que los hermanos te adoren sólo a ti, Que yo mengue y tú crezcas cada día, Que se postren rendidos a tus pies.