Ya no puedo escapar del fango Si agito los pies por salir me hundo más cada vez Hasta el fondo, sí. Y descanso mi cuerpo en el pasto Porque esta isla está hecha por mí. Yo mezclé el agua con la tierra Salí de vez en cuando a las hierbas A contemplar las arrugas del aire Acariciar tus mejillas de arena. Y voy como la sombra envenenada Que se aleja de este mundo Como punta de una flama Que se aísla hasta morir Merezco, me merezco Que alguien se acuerde de mí, Que alguien se acuerde de ti, Que alguien se acuerde de mí. ♪ Yo soy la piel la piel del camaleón Soy el mar convirtiéndose en luz Y algún espejo desierto. Las mañanas son un martirio Por la tarde cuento las piedras Y les pinto rostros de amigos a las Gotas saladas, que levitan sin regar las plantas Y en la noche, pienso en el lirio y en las grietas. Y voy como la sombra envenenada Que se aleja de este mundo Como punta de una flama Que se aísla hasta morir Merezco, me merezco Que alguien se acuerde de mí, Que alguien se acuerde de ti, Que alguien se acuerde de mí. En este momento nos encontramos sobrevolando la isla de Cetlakatlán Rodeada por este mar oscuro que ha devorado a tantas almas Por favor colóquese el paracaídas y diríjase hacia la rampa de Expulsión. Le recordamos que bajo ninguna circunstancia puede usted Permanecer a bordo Gracias por volar con nosotros y que tenga usted un buen aterrizaje. ♪ Y voy como la sombra envenenada Que se aleja de este mundo Como punta de una flama Que se aísla hasta morir Merezco, me merezco Que alguien se acuerde de mí, Que alguien se acuerde de ti, Que alguien se acuerde de mí. Ya no puedo escapar del fango. Si agito los pies por salir me hundo más cada vez. Ya no puedo escapar del fango. Si agito los pies por salir me hundo más cada vez. Ya no puedo escapar del fango. Si agito los pies por salir me hundo más cada vez. Ya no puedo escapar del fango. Si agito los pies por salir me hundo más cada vez.