Aunque todo esto termine y no nos veamos más, La esperanza aquí nacida, nunca, nunca morirá. Aunque grises sean los días, o tengamos vendaval, Ni los truenos ni los rayos a la esperanza matarán. Unos tienen la mirada, otros hacen de motor, Y a nosotros se nos pide que seamos corazón. ¡Vale la pena seguir!, ¡vale la pena luchar!, Si no paran nuestras vidas la esperanza no morirá. Aunque viva en nuestra mente la pena de un pobre amor, Lucharemos cada instante porque siempre sea mejor. Como el niño ama a su madre y a la tierra ama la flor, Habrá esperanza en nosotros si vivimos el amor.