¿Cómo empezar A contar los desaciertos, Con sólo un hilo de voz? Abro a la luz Un mar de pensamientos, Mi sumergida ilusión. Cubro las faltas Con el afán de no distinguir Lo que hay detrás Del noble color En que te escondí. Siembra en la piel Una llaga más a mí voluntad. Llenas las páginas, El dolor busca salidas. Cuando mi vista Salga al encuentro de la verdad Mi escaso aliento No podrá traer la calma. En el fatídico Despertar del rencor, Vierte el castigo Sin anunciar cómo estira. Quema a su paso tantos momentos, Nada podrá traer la calma.