Nadie va a salvarte, no te rindas El fuego aguarda ser ceniza No me digas no, no hay más opciones Cuando hay valor sobran razones Mira el reloj, súbita esencia Y tras de sí tan sólo ausencia Mueve la muerte al otro lado Las saetas de un lugar sagrado Esas que el tiempo ha congelado En las arenas del pasado Ya no correrán tras ellas Los que ahora son polvo de estrellas Cruzando el desierto nada es cierto Tan sólo el silencio que aún no ha muerto Dulces espejismos y esperanzas Duelos de alter egos y fantasmas Viajan sin billete ni equipaje Sólo el horizonte en el paisaje Tras los pasos de una imagen gris Se desvela a aquel que nunca fui Esa que el tiempo ha congelado En las arenas del pasado Ya no seguirán sus huellas Los que ahora son polvo de estrellas Buscamos sólo aquello que aún no fuimos Pero la suerte esconde otros caminos Llenos de vanas palabras y trampas Marcadas por tahúres en sus cartas El futuro es un sueño del pasado Memoria que el deseo ha envenenado El tiempo pasa y todo es tan distante Atrapado al azar de cada instante