Señora azul, que sin contemplación Desde la cima de tu dignidad Vas a imponer tu terca voluntad Y con tu opinión medir nuestro criterio Señora azul, que ciega la razón Dejas sentir tu olímpico desdén Es sugestión tu alarde de saber Tu realidad es sólo confusión Tú no puedes apreciar con propiedad El color de la cuestión Porque desde la barrera sueles ver Toros que no son y que parecen ser Señora azul, de vicio criticón Sin dar la talla de profesional Señora azul, ¡qué lástima nos das! La mediocridad está en tu corazón Tú no puedes apreciar con propiedad El color de la cuestión Porque desde la barrera sueles ver Toros que no son y que parecen ser Señora azul, que sin contemplación Desde la cima de tu dignidad Vas a imponer tu terca voluntad Y con tu opinión medir nuestro criterio Señora azul, sabemos tu intención La frustración que te hace obrar así Señora azul, ¡qué lástima nos das! La mediocridad está en tu corazón