Las luces de la ciudad se encienden poco a poco Bajo la fría neblina que las calles atrapó En los barrios se respira un aroma de nostalgia No soy quién para negar que la duda se instaló Llegan cuentos de otros lados con relatos alarmantes De abusos incontables y de gritos de dolor Tantas voces resonando, exigiendo una respuesta No es casualidad ni chiste que el miedo se infiltró Otros rostros se levantan, y van tomando fuerza Mientras no puedo evitar, mirar los niños jugar Con miradas inocentes, y en el fondo me cuestiono Como tanto les ignoran, y van yendo para atrás No me asombro de la duda, aún faltan muchas cosas No soy sordo ante el pedido de lo que hay por arreglar Pero cual sería el precio? Cuál sera la forma? Cuando es tan evidente su manera de pensar Que no creo en sus palabras es un hecho Y no temo ir encontra de sus juegos Que los sueños de mi gente tanto pesan Y el recuerdo de un pasado tan fervente que jamás me será ajeno Llevo toda la esperanza en mi pecho Yo no cedo ante el intento de volvernos uno más Otro pueblo perseguido, reprimido, consumido Con un tinte elitista, y pensando en singular Bajo un Dios que no le importa si su gente Tiene hambre, tiene sed No tiene techo, o si están bien No me pidan que me calle, que no cante, que no hable Cuando solo les importa, mas pretender que ser Yo no creo en sus medidas de justicia Y no acepto sus formas de reprimir Nos cansamos de aceptarlo, de bancarlo y hoy me paro Soy la voz de mis hermanos que tuve que despedir