Del teléfono se borró tu voz Solo sirve de trabajo y de despertador No pudimos decirnos adiós Como poetas o niños lo dejamos a imaginación Tus ojos llenos de palabras que ya no dirás Tantos cafés que nos faltaron tanta inmensidad, y nos recortaron. De mis días se alejado el sol Que brillaba en tus ideas en tu libertad En los rayitos y el calor de tu creatividad En tu firmeza y tu control frente al adversidad De cómo me alegraba tu espontaneidad De cómo me contagia tu felicidad, y nos recortaron. Hay juegos de manos que solo ve Dios Yo acepto el resultado si no hay más de dos Que difícil no meterse para los demás Que ahorren su dolor. Una piedra pierde envuelta en el papel Al papel lo cortan pero envuelve bien La tijera ante la piedra sabe que perdió Atentos tu y yo deberíamos ver: Piedra, papel, tijera. ¿Qué tienes tú? ¿Qué tengo yo? (bis) Del teléfono se borró tu voz Solo sirve de trabajo y de despertador No pudimos decirnos adiós Como poetas o niños lo dejamos a imaginación Tus ojos llenos de palabras que ya no dirás Tantos cafés que nos faltaron tanta inmensidad, y nos recortaron. Hay juegos de manos que solo ve Dios Yo acepto el resultado si no hay más de dos Que difícil no meterse para los demás Que ahorren su dolor. Una piedra pierde envuelta en el papel Al papel lo cortan pero envuelve bien La tijera ante la piedra sabe que perdió Hay juegos de manos que solo ve Dios Yo acepto el resultado si no hay más de dos Que difícil no meterse para los demás Que ahorren su dolor. Una piedra pierde envuelta en el papel Al papel lo cortan pero envuelve bien La tijera ante la piedra sabe que perdió Atentos tu y yo deberíamos ver: Piedra, papel, tijera. ¿Qué tienes tú? ¿Qué tengo yo? (bis)