Amaneció otra vez, nos encontró dormidos. Enredados los pies, sumidos en el nido. Refloreció en tu sien una idea como un grito, Tu alma se echó a correr, tu cuerpo bien quietito. "Tanto te quiero que me sangra el pensamiento" Y en un suspiro vi como el sentimiento rebalsó. Cómo nos cuestan las horas del día, Pensar la noche nos da un puntapié. Es que mi tiempo lo marca tu vida, Y tu sonrisa bañada en café. En este cielo no faltan estrellas, Sólo te quiero a la hora del té. Amaneció otra vez, nos encontró dormidos. Enredados los pies, sumidos en el nido.