Búhos, lechuzas, sapos y brujas Espíritus ancestrales de campos nublados Cuervos, demonios, hechizos de curanderas Plegarias al aire, tierra, mar y fuego Humo de acónito, estramonio y beleño Ellas desdoblan su cuerpo ¡Lengua indecente de mujer pecadora! Aullidos de perro Pregón de la muerte ¡Fuego de las Santas Compañas! ¡Que se alcen! Que se alcen las llamas candentes Que huelen al más dulce de los infiernos Y vendrán... Vendrán las almas descarnadas A los podridos tallos agujereados ¡Oíd! Oíd los lamentos de los que purifican Con la mutilación de nuestra carne Porque sus manos quedarán manchadas Con nuestras cenizas Para toda la eternidad