Asomada siempre a la ventana Con aquella mirada perdida, En un sitio que no era su casa Sin saber cómo pasan los días. No celebra momentos de gloria, No lamenta fracasos sufridos. Ha olvidado todas sus historias, Ilusiones, temores, amigos. No encontró su memoria En el fondo de los charcos Donde juega su infancia En los días de lluvia Con las botas mojadas. La tragedia de este desorden es que ya No recuerda las tardes de otoño. Olvidaste los sueños ya rotos Guardados en los bolsillos. Y perdiste aquel brillo sagrado Que ilumina caminos desiertos. Lo mejor y peor del pasado Es poder recordar sus secretos. No encontró su memoria En el fondo de los charcos Donde juega su infancia En los días de lluvia Con las botas mojadas. Y aquel ave de plumas doradas Que anidaba serena en tu plácida mente Desplegó poderosa sus alas Escapando hacia el mar para siempre. No encontró su memoria En el fondo de los charcos Donde juega su infancia En los días de lluvia Con las botas mojadas.