Aquel almendro de onde la Tere Es el testigo de mi niñez, Bajo su fronda de ancha mesura Caí redondo de calentura Por tu cariño María Inés. Zapatos burros, pantalón chingo, Miré la aurora de tu rubor, Vi el fondo claro de tus pupilas Como dos pozas de aguas tranquilas, Donde mi infancia se sumergió. Si me preguntas porqué tu nombre No lo podría nunca olvidar, Has de saber que lo llevo dentro En el aroma de los almendros Que hoy retoñaron en mi solar. Hoy que pasé por la pulpería La Tere Armijo me vio llorar, En mis pestañas alborozadas Quedó una lágrima rezagada De aquel ayer que no volverá. Mirando al fondo de la casona Mi pecho todo se estremeció, Sentí de golpe toda mi infancia Cuando llegaron con su fragancia Las hojas de aquel almendro en flor. Si me preguntas...