Tú qué habitas al amparo del altísimo A la sombra del todo poderoso Dile al Señor: Mi amparo y mi refugio En Ti mi Dios, yo pongo mi confianza Él te libra del lazo del cazador Que busca destruirte Y te cubre con sus alas Y será su plumaje tu refugio No temerás, los miedos de la noche Ni la flecha disparada de día Ni la peste que avanza en las tinieblas Ni la plaga que azota a pleno sol Tú qué habitas al amparo del altísimo A la sombra del todo poderoso Dile al Señor: Mi amparo y mi refugio En Ti mi Dios, yo pongo mi confianza No podrá la desgracia dominarte Ni la plaga acercarse a tu morada Pues a dado a sus ángeles la orden De protegerte en todos tus caminos En sus manos te habran de sostener Para que no tropieze tu pie en alguna piedra Andarás sobre víboras y leones Y pisarás cachorros y dragones Tú qué habitas al amparo del altísimo A la sombra del todo poderoso Dile al Señor: Mi amparo y mi refugio En Ti mi Dios, yo pongo mi confianza Pues a mí se acogió, lo libraré Lo cuidaré, pues mi nombre conoció Me llamará, yo le responderé Y estaré con él en la desgracia Lo salvaré y lo enalteceré Lo saciaré de días numerosos Y haré que siempre pueda ver Mi salvación, mi salvación Tú qué habitas al amparo del altísimo A la sombra del todo poderoso Dile al Señor: Mi amparo y mi refugio En Ti mi Dios, yo pongo mi confianza