Cochero cuánto me cobra,
Por llevarme asta la casa.
Cochero cuánto me cobra,
Por llevarme hasta la casa,
De mi comadre Paulina
Que vive en la vereda alta.
No piense en lo que me cobra
Porque el chino anda con plata.
Aquel carroculatero,
Por catar vinos y grapas,
Se me a calentao el pico
Y hoy ni San Pedro me para.
Yo veo en usté amigazo
Que ganitas no le faltan
Allí le iremos pegando
A la cazuela empanadas,
Tortitas con chicharrones
Y aceitunas ajadas,
A los huesitos picantes,
Al vinito y la pichanga.
Yo tuve ocasión de ser su pasajero,
Mi vida era pequeña
Y andaba por la plaza desparramando el
Tiempo de los juegos.
Él paraba en la esquina, ya entonces era abuelo.
Una barba canosa, descuidada y aguda lo apuntaba hacia el suelo.
Como nubes celestes de cada madrugada,
Por sus ojos rondaba el mismo sueño,
Que juntara en las noches por llevar las tonadas de algún serenatero.
"¡Cochero! ¿Cuánto me cobra hasta la calle larga?"
El carro era un destrozo que no sé por qué causa seguía resistiendo,
Tal vez por cariño, tal vez por el recuerdo,
Tal vez porque esperaba morirse con el viejo.
"¡Cochero! ¿Cuánto me cobra hasta El Algarrobal?"
Por contraste, el caballo era color de nieve.
No tiene ni memoria trotando el empedrado,
Entre nubes de aliento, allá en las despiadadas mañanas del invierno.
Un día yo tuve ocasión de ser su pasajero,
Me subí por las ganas de pisar su pescante,
Por sentarme en el brillo de su asiento,
Por las ganas pequeñas que tenemos de niños
De ver como se mueven las cosas desde adentro.
Al volver a la plaza, preguntó mi temor de unas pocas monedas:
"¿cuánto salió la vuelta, Don Antonio?
" Y él contestó: "Me sobra con un beso."
Como suele ser siempre,
Mi infancia y su vejez, perdieron con el tiempo.
Don Antonio... ¿habrá plazas en el cielo?
Aunque hablando de distancia,
Por volver hasta la vida, ¿cuánto me cobra cochero?
Si usted me lleva, cochero,
Ella vive a veinte cuadras.
Si usted me lleva cochero,
Ella vive a veinte cuadras,
Tiene un par de ojos pardos
Que cuando miran atrapan
Si usted gusta acompañarme,
No es tan larga la distancia.
Bailaremos unas cuecas
Y cantaremos tonadas,
Con algunos cogoyitos
Y a dúo si me acompañan.
Para Don Ramón Romera,
De bigotera y polainas.
Qué le parece cochero,
Palabra cumplimentada,
Baje pronto la capota
Y hasta que Dios diga basta,
Con requinto y con guitarra,
Ya esta la vaquita echada.
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