No tengo la culpa, ingrato, De que, entre los dos, el diablo Por tres o cuatro vocablos Los cause tan malos ratos. De hacerte sufrir no trato, Aunque así parezca el caso; Yo creo que este mal paso Los lleva por mal camino, Y a preguntar no me alimo: ¿Hasta cuándo, ingratonazo? Oscuran mi pensamiento Palabras y más palabras, Espero que pronto se abra La luz de mi entendimiento. Ya tengo el convencimiento Que sobran los padeceres; Como dos malas mujeres Peleamos la sinrazón. Contéstame, corazón: ¿Hasta cuándo matar quieres? Si no me río, te enojas, Y si me río, tam'ién. ¿Es que no alcanzái a ver Que solo me dai congojas? Crapicho que se te antoja, Yo quiero que lo consigas, Desde el palomo a la hormiga, Desde la mar al desierto. No comprendís ni dispierto Que ayer me dejaste herí'a. Hoy dida, en último intento, Busqué la paz, pero en vano. Después me pasái la mano Cuando me hai da'o tormento. Es grande el dolor que siento Y ya pa' mí no hay placeres: Están hablando dos seres En lengua de mal judío. Tengo clava'o el sentí'o Con agujas y alfileres. Ordeno la 'espedí'a, Palomito vola'or, Suspéndeme este dolor Que es mi pan de ca'a dida. Aunque sea culpa mida, No debís de ser así, Que no es remedio pa' mí El aumentarme los males. Con la miel de los panales Más se puede conseguir.