En la ciudad de Irasoles, estado de Nuevo León,
Era Francisco Resendez, de los peones el mejor
Juan se caso con Rosita, flor que el patrón deshojaba,
El con su amor sin malicia, como a su Dios la adoraba
Un día le dieron noticia, y corriendo se fue al río
Ahí encontró a su Rosita, en brazos de su querido
El mismo diablo era un santo, junto al gañan ofendido,
De un machetazo ahí rodaron, dos cabezas hasta el río
Y los dos cuerpos quedaron, entre los dos confundidos
Juan se fugo pa la sierra, dejo escrito este relato
Ya Juan Francisco no existe, ahora cuídense del Gato
Se convirtió en el azote, de las haciendas mas ricas
Y a sus amos les robaba, joyas, dinero y sus hijas
La policía y federales, y la rural lo buscaban,
Y tan sagaz era El Gato, que a ellos mismo los robaba
Por sus hazañas se cuenta, de hacendados y enemigos
El gato, se hizo leyenda, porque jamás se hizo cautivo,
Nunca se supo si ha muerto, o si volvió al buen camino
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