Todo aquello que vagará en vano, Índole pésima, mal, Eso allá que le ilumina la sangre, Lo que estalla en muerte, Alumbra hacia atrás; Cual sol lo que deja es la noche Sin que se sepa acaso volverá. Alguien amarra allá lejos la sombra, Así se replica su vacío legal. Tanto que resbalan los pies al pozo, Hondo mundo inverso, pura soledad, Resto breve que declina Hacia el cero absoluto de la eternidad. Solo... solamente cada cual. Solo... solamente cada cual. Solo... solamente cada cual. Uno nunca se acostumbra al mundo, La fe del que nada espera no muere jamás. Allá ese niño estalla en fuegos raros, La guerra le devora el cuero, Le uraniza el resto del sueño Con un halo de duelo Cual velo de radioactividad. Otro que aparece nace al aire libre, Es gesto de fe... caridad. Al mundo le gusta y reconoce su rostro, Le despliega la infancia Cual capullo de existencia, Esplendor amplio de cifras y fibras en acto Hasta la eternidad. Solo... solamente cada cual. (...)