Su cuarto medía nada Apoyó su espalda en la pared Y buscó con sus ojos los pies Vestidos de lana Descubrió que su cuerpo empieza tan abajo Donde no se oyen las palabras Donde la piel se hace piel sobre piel Para que no se sienta la tierra. Ese era el momento para deslizarse Y su espalda descendía la pared Y su cuerpo se plegaba buscando desaparecer. Convertido en un nudo el cuerpo El aire se empezaba a escapar Y al salir huyendo por los poros La podías oír cantar: "déjame escapar de este cuerpo arrugado".