La sombra del navegante, La luna sobre cubierta, La brújula vigilante Y la mirada despierta. Dame tu lumbre, farero, Cuanto más lejos, más cerca, La casa del marinero Con las ventanas abiertas. Cuando no hay rumbo ni senda, Toda la mar por delante Y el viento de donde venga. La máscara de la suerte En las cartas del desvarío, A cara o cruz va la muerte Jugando su juego frío. Guárdame mis pocas cosas, Luna del aventurero: En tierra, cuida mis rosas Y, en el agua, mi velero. Soy hijo de una quimera, Toda la mar por delante Sin un motivo siquiera. Barra de los arenales, Arrecife de coral, Azules son las señales Por la isla de la sal Que marcarán mi regreso Hasta tu puerto escondido, Que la ruta de tus besos Es mi último destino. Bendita a mar de leva, Toda la vela al levante, Porque tu boca me lleva. Cuando no hay rumbo ni senda, Toda la mar por delante Y el viento de donde venga.