En mi mente están, siempre mis hijos Siempre en el recuerdo, los amigos. No dejo de pensar siempre en mi madre Y en mi padre y en la dicha de crecer Con mis hermanos. En mi corazón, llevo a mi amada Siempre en mis canciones, dejo el alma. Mi voz resuena con la despedida Más allá de un sueño eterno, del que nunca retornamos Y es que la muerte que vence a la muerte No sabe de miedo, no gana el dolor Y es que el amor nos vuelve a la vida, Somos aves que migran, es solo un adiós. Ser un nuevo dios, tu propio maestro. Ser un pensamiento, ser un árbol. Mi voz resuena con la despedida Mas allá de un sueño eterno del que nunca retornamos Y es que la muerte que vence a la muerte No sabe de miedo, no gana el dolor Y es que el amor nos vuelve a la vida, Somos aves que migran, es solo un adiós. Vendré como lluvia, como un silencio, Como el amante, en cada amanecer, Y es que la muerte que vence a la muerte No sabe de miedo, no gana el dolor Y es que el amor nos vuelve a la vida, Somos aves que migran, es solo un adiós. Y a mis amados, allá bien arriba.