Hubo en algún lugar, un mago de verdad Que no tenía con quien hablar Diosa de Tirazú, dame un poco de luz Que quiero alguien para soñar Entonces revisó los libros Encontró una fórmula casi perdida, medio ancestral Moldeóle primero las piernas, luego un par de tetas, Un ombligo justo y todo lo demás. Le hizo un vestido bonito, un par de moñitos, La llamó Cielito y le enseñó a hablar La despertó de fuerte beso, sonaron sus huesos Y sonriendo lento le dijo que tal Le dijo que tal Mago de Miramar, porque tan triste estás Como te puedo yo consolar Busca tu traje gris, vamos a divertir Con la otra gente de esta ciudad Cielito disfrutó del baile, bebió un mar de copas Desató sus moños y empezó a cantar, La gente se prendó de ella mientras se entregaba En una danza intensa, mágica y ritual. El mago la observó confuso odia a los intrusos Y en acento ruso empezó a gritar Entonces se rompió el hechizo que hace rato hizo Quedó el vestidito pero nada más, pero nada más...