El escudo que creaste en la herrería de tu alma Forjado a flor de fuego, de metal y del mejor Te protege y te destruye traspasado en la batalla Son las lanzas sanguinarias de la civilización En el nombre de la Cruz que solo acarrea muerte Te arrinconan con su escudo En un valle embrujado llamado libertad Peleas y sobrevives pero siempre están ahí Los reflejas y te hieren, el escudo que forjaste Es ya parte de tu piel