En las veredas del sueño Donde el placer es pasión, Consagro de leves momentos Mis sueños de pura ilusión. Soy como todos los dioses Que hermanan su penas al sol Y escarban y agrietan recuerdos Como en la muerte el dolor. Me he consagrado ante mi fe y el amor, Unas cuantas cadenas se han roto sin compasión, Al delirio del hombre le entregué mi perdón, Sin temor a su ocaso sin sanción, sin hedor. No puedo ver tus retos sin rechazar tu agror, No puedo verte tirado sin aplacar tu temor, Soy muerte eterna en tu vientre, soy esa insana deidad Que enfrenta tu historia presente y destierra tus hijos del sol. Tengo una sombría sonrisa Que irrumpe en el bien y el clamor, Que usurpa con tanta pureza Todo el ardor que les doy, No hay farsa que sea tan incierta Ni mentira piadosa y fatal, No hay pasión tan intensa Que tiemble en mi ser sin razón.