Adiós, muchachos, compañeros de mi vida Barra querida de aquellos tiempos Me toca a mí hoy emprender la retirada Debo alejarme de mi buena muchachada Adiós, muchachos, ya me voy y me resigno Contra el destino nadie la talla Se terminaron para mí todas las farras Mi cuerpo enfermo no resiste más Es Dios el juez supremo, no hay quien se le resista Ya estoy acostumbrada su ley a respetar Pues mi vida deshizo con sus mandatos Llevándose a mi madre, y a mi novio también Dos lágrimas sinceras derramo en mi partida Por la barra querida que nunca me olvidó Y al darle a mis amigos mi adiós postrero Les doy con toda el alma mi bendición Adiós, muchachos, compañeros de mi vida Barra querida de aquellos tiempos Adiós, muchachos, compañeros de mi vida Contra el destino nadie la talla Se terminaron para mí todas las farras, ah Mi cuerpo enfermo no resiste más