Es la mamacha quién siembra en la acera Rastros de paz en tiempo de guerra De vuelta a la espera descansa las piernas Extraña sus tierras, sus hijas, sus venas Los ojos le pesan, le duele la espalda La carga es pesada, la vida es comprada La plata que no llega y ella pelea No para, no llora, no vuelve, no entiende Se para, es fuerte Desde sus manos cuarteadas Vende caramelos para poder llevar migajas Mientras tu rajas, barajas, relajas, ¿hace cuánto no trabajas? La carga tan pesada que le da la vida No logra marchitarla sabe que hay otra salida Solo quiere demostrar de que es capaz Que puede más, que sabe amar Dulce mi linda mamacha consentida Tus labios se ven secos, tu cuerpo tiene heridas Mira el color rojiblanco de tu vida Golpes de miseria, de amor y de alegría Silbas al Inti una nueva plegaria Recobras la luz y vuelves a darla Caminas descalza por algunas plazas Pides que te ayuden pero nadie nunca para Es la mamacha quién siembra en la acera Rastros de paz en tiempo de guerra Dulce mi linda mamacha consentida Tus labios se ven secos, tu cuerpo tiene heridas Mira el color rojiblanco de tu vida Golpes de miseria, de amor y de alegría Silbas al Inti una nueva plegaria Recobras la luz y vuelves a darla Caminas descalza por algunas plazas Pides que te ayuden pero nadie nunca para