Que raro poder me dió mi Señor, De ser tan bueno para la ficción Y muy astuto para el engaño. No es que quisiera borrar la verdad Pero no paro de dibujar, Pinto paisajes sobre la nada. No fue nunca mi intención, y al final tenes razón, Que soy el más lindo de tus horrores. En el arte del mentir, soy un buen trabajador, Siempre alerta y muy atento a esos detalles. Si es pecado ser un rey, en el arte del mentir, Preparame la armadura y un caballo bayo. Eso que tengo dentro de mi ser, Que me provoca, que me da placer, Me enferma tanto que te hago daño. Algo hace ruido, nada se movió, Es mi conciencia que se arrepintió De ser astuta para el engaño.