La imagen que hace despertar nuestros deseos. La veo en su cuarto cada anochecer Me atrae mirarla hasta enloquecer, Los hombres para ella símplemente son Humildes esclavos de su ambición. Se queda encendida mi televisión, Lleno con insultos su contestador Anónimos mensajes, desesperación, Su voz suena tan fría, ritmo de motor. Ya no miro ventanas cada anochecer No hay fiestas, no hay chicas ni nada que ver Tengo lo que quiero, símplemente es Tendido su cuerpo siempre a mis pies.