Jugábamos a crear un universo entero Abrazarnos entre la incertidumbre de empezar de cero Ven a enseñarme futuros Tal vez ha llegado el día que baile Al compás fugitivo y de ser un recuerdo O tal vez para ella un olvido Jugábamos a navegar todo un planeta entero A tener las lecturas de guiños y gestos más secretos Enséñame lo venidero Tal vez a llegado el invierno que abrigue mi sombra Y que suelte un relámpago ciego y así empezar de nuevo Nunca tuvo colores Ni insomnio desprevenido Una larga centella en la noche y un Ebrio furtivo en la calle de la soledad Nunca quiso colores Supo algo de amores Dio un mordisco a la luna, un abrazo a la lluvia y dio Una ojerosa canción Teníamos la esperanza de no salir heridos Y encontrar ese naipe que aun hoy en día anda bien escondido Oriéntame para el futuro Que la suerte no esté disfrazada y se escape en un barco Sediento de prisa y labrando metro a metro una milla en mañana Nunca tuvo colores Ni insomnio desprevenido Una larga batalla en la noche y un Ebrio vencido aguardando en su soledad Nunca quiso colores Supo algo de amores Dio un mordisco a la luna, un abrazo a la lluvia y dio Su ojerosa canción No importa si en el camino nos perdemos la pista Porque sé que al final te veré (aunque falle la vista) No importa si ese destino me sale a buscar Porque siempre estaré en ese mismo lugar Porque ya no tengo ningún escondite más Ningún refugio más Ni siquiera de amores O en un verso indeciso En esa ruleta que gira y se vuelca al azar En ese mar confundido No sabrá de colores Pequeño desconocido Ni mordiscos de luna Ni manos de ofrenda Rezándole al frío Como un desvarío En constelaciones Que hablan del río Del cielo y del miedo De tres estaciones De heridas abiertas De prisas y penas De sombras siniestras Promesas vencidas Relámpago ciego De trueno indeciso Un canto de sirena Doncella que llama El castillo de viento Princesa que clama Un eterno reencuentro En constelaciones De mar infinito O en un vaticinio Ni mordiscos de luna Ni manos de ofrenda Rezándole al frío Como un desvarío En constelaciones Que hablan del río Del cielo y del miedo De tres estaciones De heridas abiertas De prisas y penas De sombras siniestras Promesas vencidas Relámpago ciego De trueno indeciso Un canto de sirena Doncella que llama El castillo de viento Princesa que clama Un eterno reencuentro En constelaciones De mar infinito O en un vaticinio