El alma del alma, del alma del alma mía No sabe qué cuerpo habita, no sabe... no Y suele fugarse sin darse por aludida Burlando la ley sin culpa, ¡válgame Dios! El alma del alma, del alma del alma mía No entiende de economía ni religión Y orbita borracha de noche y de poesía Escasa de presupuesto y de pudor. El alma del alma mía Padece no cabe duda De amor a primera vista De canto sin partitura El alma del alma mía No tiene muy buenas juntas Milita con los artistas Herejes y marabuntas. El alma del alma, del alma del alma mía No tiene cuenta corriente ni Master Card No goza de superávit ni regalías El trueque le ha dado sexo y prosperidad. El alma del alma, del alma mía del alma mía No es grata en el paraíso institucional Proscrita por vaticanos, la mal parida Se embriaga con Benedetti, Silvio y Serrat. El alma del alma, del alma del alma mía Seguro es que tras firmada su libertad Retorne de vez en cuando a purgar más días Por darle algún susto a un cura o a un general. El alma del alma, del alma del alma mía.