Inútil es prohibir O quedarse indiferente Porque los cantos de la gente Siempre andarán por ahí. Nacen en la intimidad Van levantando su trino En todo hogar hacen nido Y aullentan la soledad. Entonan los pensamientos Y los deseos profundos Cruzan lugares del mundo Aunque cante en cautiverio Y saben ser oración De los amores perdidos Y acompañar en el camino Que lleva a un tiempo mejor. Y la ciudad se corona de cantantes invisibles Que con el verso se miden pues su canto reflexiona. Saben cantar de memoria del amor y sus verdades Y cantar de carnavales bajo el haz de las estrellas Señalando la belleza de las proezas terrenales. Con ese don natural Y la virtud más genuina Saben cantarle a la vida Con toda la libertad. Pueden sembrar la amistad Multiplicar la semilla, Pueden tambien ser esgrima con su ironia y verdad El canto tiene poder, Tiene la fe que alucina La voluntad colectiva Puede ser ola en el mar Y en ese viento marino Puede cambiarse la historia Para nombrar en la gloria Al pan, pan y al vino, vino Y la ciudad se corona de cantantes invisibles Que con el verso se miden pues su canto reflexiona. Saben cantar de memoria del amor y sus verdades Y cantar de carnavales bajo el haz de las estrellas Señalando la más bella de las proezas terrenales.