En mis campos floreció el odio, Alguien maldijo mi tierra, Como rocío vino la muerte A llevárselos a todos Les mostraron más de mil tumbas, no, Ninguno vio el cielo, Le soplaron al odio Un camino que no era Que el aguacero Disimule sus lamentos Como si nunca nada ocurrió. Tráelos corriendo a todos Les devolveré sus ojos, Que harapos sean uniformes, El dolor arma y escudo, Y conviertan el mundo En un infierno de teas ardiendo, Que importa, como va a terminar Si fuimos desde siempre sepulturas. Y ahora que el horizonte se jodió Tus pensamientos convirtió o eliminó, Pájaros bermejos se cagaron en el cielo, Risas tan oscuras que llenaron tu vacío. La tierra parió un silencio, Confirmando una antigua justicia, Nefasto y triste destino de aquellos Que juegan a ser dioses. Solo: Joe Casto Letra: Fernando Lezama