La tierra se abre Profunda ante mis pies Ya no reconozco para nada este lugar Solo hace falta mirar alrededor Ya no son humanos los que tengo junto a mí Son fieras salvajes que rugen sin cesar Arrancan tendones revientan la piel Amos sombríos tienen las cadenas Dueños perpetuos de nuestro destino. Pierdo la fe cada día un poco No puedo escapar de este laberinto. Pierdo la fe cada día un poco No puedo escapar de este laberinto. Sus hordas me arrollan no lo puedo evitar El tiempo se detiene tan solo para mí Quiero escaparme largarme de aquí Gangrena inmensurable que vive dentro de mí Me ahogo en silencio sin nada a que acudir Hice cuanto pude pero nada funcionó Observo perplejo mi propia caída Estando tan cerca perdí la salida. Los muros se cierran a mí alrededor Yo busco las grietas para respirar Lo único cierto es la realidad El fin esta cerca y nada puedo hacer No existe consuelo tampoco redención Preguntas violentas desde el interior Cuestionan exigen al instinto de vivir Volver a lo profundo al principio y al fin. Letra: Fernando Lezama