Mi destino siempre fue brillante Como la cuna limpia que me vio crecer A mi todas las puertas me abrieron Con el aura dorada del dinero Me guardaron con refinamiento Tan lejos de tu vulgaridad Me enseñaron con buenas costumbres A usar las palabras como puñales No sientas envidia, mi sobras al suelo te arrojare Solo tienes que arrodillarte, agáchate y besa mi mano Solo vengo a tomar lo que es mío Lo que hace siglos se me reservo Una silla radiante y castillo Para regir sobre los cobardes A mí me importa una mierda tu historia Lo mismo tus hijos y su bienestar Lo puedo pensar en mí mismo Contando por siempre con tu ignorancia No te atrevas a levantar tu rostro Cuando camines frente a mí Has nacido para servirme Y tus hijos a los míos No sientas envidia, mi sobras al suelo te arrojare Solo tienes que arrodillarte, agáchate y besa mi mano No sientas envidia, mi sobras al suelo te arrojare Solo tienes que arrodillarte, agáchate y besa mi mano