En el pico de un banco está sentada No quiere molestar No mira al frente La tela que la cubre está gastada No la turban los ruidos ni la gente Es blanca su cabeza mal peinada Veo de su perfil sólo un pendiente La media tupida y descolgada Y un zapato sin brillo, indiferente Esta mujer de pena y de polilla En silencio por cuanto la atropella No ve cómo se acercan gorriones Nunca habrá una carta para ella En el pico de un banco está sentada No le turban los ruidos ni la gente Es blanca su cabeza mal peinada No quiere molestar No mira al frente Esta mujer de pena y de polilla En silencio por cuanto la atropella No ve cómo se acercan gorriones Nunca habrá una carta para ella Esta mujer de pena y de polilla Da su espalda a la Diosa más bella No ve cómo se acercan gorriones Nunca habrá una carta para ella Nunca habrá una carta Nunca habrá una carta para ella Nunca habrá una carta para ella