Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, Mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, Fieramente existiendo, ciegamente afirmando, Como un pulso que golpea las tinieblas. Poesía para el pobre, poesía necesaria Como el pan de cada día, Como el aire que exigimos trece veces por minuto, Para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan Decir que somos quien somos, Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Estamos tocando el fondo. Son palabras que todos repetimos sintiendo Como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos. Maldigo la poesía concebida como un lujo Cultural por los neutrales Que lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido De quien no toma partido hasta mancharse. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan Decir que somos quien somos, Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan Decir que somos quien somos, Nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Estamos tocando el fondo.